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Carlos V, emperador conocido por su faceta de trotamundos, eligió las tierras de Castilla y León para realizar su último viaje. Un recorrido que hoy se ha convertido en una ruta geográfica e histórica y que discurre por 24 ciudades y pueblos de esta Comunidad.
La ruta se desarrolla entre las regiones de Cantabria, Castilla y León y Extremadura. Un viaje intracomunitario que rememora el tiempo que transcurrió desde que Carlos I de España y V de Alemania desembarcó en Laredo, Cantabria, el 26 de septiembre de 1556, para concluir sus días en el Monasterio de Yuste, Cáceres, el 21 de septiembre de 1558.
El emperador peregrinó un mes y tres días, del 8 de octubre al 10 de noviembre de 1556, por tierras castellano y leonesas. Hitos que ofrecen al turista pueblos y parajes de inusitada belleza, una vasta riqueza cultural y popular que se refleja en las tradiciones, leyendas, fiestas y vidas de las gentes que pueblan los puntos de la ruta.
A su paso por Castilla y León, el viajero descubrirá un descomunal patrimonio monumental, la gastronomía y los atractivos que ofrece una Comunidad moderna que respeta las costumbres y su legado histórico.
Cinco son las provincias que el turista tendrá que recorrer para seguir los pasos de Carlos V. Entrando por el norte de Burgos, a través de la villa de Agüera, continuará rumbo a Palencia, para dejar atrás Valladolid, Salamanca y Ávila. En esta provincia, en El Barco de Ávila, concluye la Ruta de Carlos V a su paso por Castilla y León.